Tu hiciste sentirme como un niño. Aunque estas lejos vagando por el tiempo, todavia te escucho reir y cantar. Siento que puedo hacer frente de nuevo, pero vuelvo a ese hermoso y doloroso momento que no me deja olvidarte.
Cierro los ojos y trato de buscarte en aquella memoria gris; pero no puedo. Incluso si te dibujo no podría encontrarte, aunque grites mi nombre, no podré escucharte. PERO, vives -aún- en algún lugar de esta inmensa neblina.
jueves, 18 de febrero de 2010
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